La
infografía es un método novedoso que, según muchos, llegó para revolucionar la
transmisión clásica y tradicional de la información. No obstante, en la
historia se puede rastrear bosquejos de ella bastante alejados de estos tiempos
posmodernos.
“Yo regularmente no leo el periódico o cosas por el estilo, pero me parece que las infografías son la mejor manera de obtener información para los que no nos gustan leer tanto”, afirma Vanessa Ríos, estudiante de quinto semestre de Bacteriología de la UDES. Ella, como muchos otros ciudadanos de a pie, no tiene el hábito o el tiempo (o ninguna de las dos cosas) para informarse de los acontecimientos a través la prensa escrita, del noticiero o la radio, por ejemplo. Sin embargo, las infografías han venido a radicarse como una forma de consulta más fácil y práctica que les permite a personas como Vanessa actualizarse en las noticias.
En un mundo globalizado como el de nuestra era es necesario permanecer en contacto con la actualidad de los hechos. Empero, el ritmo de la sociedad exige ser seguido. Ha esto es que ha venido a dar respuesta las infografías, o al menos esa parece ser la generalidad de la opinión de quienes conocen de ellas: que son un medio rápido de actualización, sobre todo para una colectividad que ya se acostumbró a las dinámicas ágiles, prácticas y de inmediatez que nos definen tecnologías como el internet y las redes sociales.
“Yo regularmente no leo el periódico o cosas por el estilo, pero me parece que las infografías son la mejor manera de obtener información para los que no nos gustan leer tanto”, afirma Vanessa Ríos, estudiante de quinto semestre de Bacteriología de la UDES. Ella, como muchos otros ciudadanos de a pie, no tiene el hábito o el tiempo (o ninguna de las dos cosas) para informarse de los acontecimientos a través la prensa escrita, del noticiero o la radio, por ejemplo. Sin embargo, las infografías han venido a radicarse como una forma de consulta más fácil y práctica que les permite a personas como Vanessa actualizarse en las noticias.
En un mundo globalizado como el de nuestra era es necesario permanecer en contacto con la actualidad de los hechos. Empero, el ritmo de la sociedad exige ser seguido. Ha esto es que ha venido a dar respuesta las infografías, o al menos esa parece ser la generalidad de la opinión de quienes conocen de ellas: que son un medio rápido de actualización, sobre todo para una colectividad que ya se acostumbró a las dinámicas ágiles, prácticas y de inmediatez que nos definen tecnologías como el internet y las redes sociales.
Así, a la
par con estos avances, el uso de las infografías en medios de comunicación se
ha venido aplicando desde no hace muchos años, quizá no más de una década, al
menos en Colombia. Aunque no por ello quiere decir (y tal vez si es lo que
muchos asumen) que no existiese antes de esto. “El uso de iconografía para
transmitir información se ha dado desde que el hombre contó con la posibilidad
de plasmar sus ideas, antes que con las palabras o conceptos, con dibujos”,
afirma Paola Gonzales, estudiante de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional.
Al pensar en esta afirmación, no hay que ir demasiado lejos para corroborarla.
En el imaginario de cualquiera se puede visualizar las paredes de las pirámides
de Egipto como ejemplo. Los dibujos allí tallados no son otra cosa que la
ilustración no tipográfica de costumbres, historias e incluso datos
estadísticos básicos de la agricultura.
Avanzando en
la línea de tiempo y dándole la razón a la anterior afirmación, la historia de
las ilustraciones nos muestra que desde el siglo XVI, el reconocido teórico de
la física Galileo Galilei plasmaba sus observaciones en infografías. Sus
estudios sobre las machas solares, de los ciclos lunares y de las lunas de
Júpiter están esbozados en gráficas con sorprendente sencillez. Con el uso
mínimo de palabras conseguía dar cuenta de los ciclos y movimientos de los
astros en el universo. El más simple pero contundente de sus trabajos es,
quizá, el que plasma los movimientos orbitales de las lunas de Júpiter. En la
ilustración se muestran, separadas por líneas, cada una de las observaciones
hechas. Representando las lunas como asteriscos y a Júpiter con un circulo, Galileo
da cuenta de cómo en algunas observaciones aparecen unas y otras no, y como van
cambian de posición. Así el observador identifica e interpreta un movimiento
giratorio y circular entre ellas. De la misma forma gráfico algunos de sus
experimentos mentales, transcribiendo en ilustraciones conceptos tan abstractos
como la velocidad y la aceleración.
De hecho, la
representación de información por medio de grafías no verbales sino ilustraciones ha permeado
todo tipo de áreas del conocimiento. Evidencia de esto es el desarrollo de los
isotipos que llevó a cabo el filósofo austriaco Otto Neurath. Aunque son mas
recientes que los ejemplos anteriores, preceden al uso de las infografías en
los medios de comunicación, pues datan de finales del siglo pasado. Estos
isotipos desde sus inicios eran muestras no verbales sino iconográficas de
información concreta, ilustraciones que carecían de tipografía pero que no por
ello dejaban de exponer la información. Fueron usados durante mucho tiempo para
exponer información sobre las eras geológicas, los ciclos naturales o en
asuntos referentes de las ciencias naturales. Después de eso han avanzado sobre
distintos terrenos: “Gracias a lo prácticos y útiles que resultaban, los
isotipos fueron usados en diversos campos desde que comenzaron a hacerse
populares. Incluso hoy en día han llegado a ser pioneros en áreas tan
divergentes como publicidad mercantil hasta la publicidad política”, apunta el
Diseñador Industrial Juan Diego Mateus, graduado de la Universidad Nacional y
quien actualmente trabaja con la editorial Norma.
Hasta llegar
a este siglo, las infografías se nos muestran a diaria a todos los ciudadanos
de a pie, quienes ya las asumimos como parte del paisaje y por eso no las
identificamos como tal: qué otra cosa entonces es ilustración de una ruta de
evacuación o un mapa del Transmilenio, si no una infografía.
Abarcando
desde las ciencias naturales, las exactas, las humanas, la publicidad hasta la
simple cotidianidad, las infografías han sido parte de la historia de la
ilustración desde antaño. Si bien no se puede negar su utilidad al ser
utilizadas también por los medios de comunicación para poner al corriente con
la actualidad a sus lectores, ávidos de información contundente, inmediata y
práctica, hay que tener en cuenta que el hecho que resulta novedoso como tal no
radica en la graficación de información por medio de grafías. Se debe concretar
mas bien a su participación, invasiva de apoco, en los medios de comunicación
como tal y a la gran aceptación y popularidad que las infografías han obtenido
en los lectores. Pues si de invención se trata, es claro que prácticamente
desde que el hombre desarrollo la técnica de la ilustración, previa incluso a
la escritura, las iconografías como muestras de información hacen parte de su
historia y del desarrollo de las ciencias: en la química con el modelo atómico;
en la geografía, con las curvas de nivel que muestran los relieves; en la
demografía, con las convenciones en los mapas, etc.
Por:
Ma. Alejandra Barrera
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